Tomar una cerveza helada después de una sesión de entrenamiento intenso es una tentación irrestible, pero rara vez nos quedamos con la satisfacción de tomarnos solo una. La sensación de euforia seguida de la descarga de endorfinas puede ser placentera, pero las consecuencias de ingerir alcohol post-entrenamiento pueden ser perjudiciales para la recuperación muscular.
No hace falta ser un genio para darse cuenta que el alcohol no se mezcla bien con el ejercicio, pero el impacto real de tomar un trago después del entrenamiento en comparación con un batido de proteínas puede ser más devastador de lo que se cree. Es importante tomar las precauciones adecuadas cuando decides tomarte un par de cervezas después del ejercicio.
El alcohol actúa como una toxina
El usuario promedio del gimnasio tiene sus placeres secretos. Para algunos, es difícil eliminar el hábito de beber de forma regular, especialmente en entornos sociales. La idea de no beber puede representar un esfuerzo tan difícil como el sacrificio que se hace para ceñirse a una dieta baja en carbohidratos. Somos criaturas del hábito, lo que significa que a veces tomamos decisiones que podrían ser cognitivamente reconocidas como malas, pero aún así ejecutamos esa elección cueste lo que cueste.
En cuanto al consumo de alcohol luego del entrenamiento, el criterio general es que el alcohol actúa como una toxina, obligando al cuerpo a usar energía para la eliminación de dichas toxinas. Evidentemente este proceso afecta de forma negativa a la recuperación y puede terminar por incrmentar el dolor al día siguiente siguiente. Además, el rendimiento en el entrenamiento también llega a ser afectado. Es menos probable tener entrenamiento en niveles de alta intensidad luego de una noche de juerga.
Deshidratación post-entrenamiento
Para los hombres, el consumo de alcohol después del entrenamiento puede ser especialmente perjudicial para la recuperación muscular, específicamente porque disminuye los niveles natural de testosterona en el cuerpo, que es crucial para la construcción de mas muscular. Repitiendo los anuncios de cerveza en la televisión, por favor beba con responsabilidad.
Mantenerse hidratado es un aspecto crucial para obtener los beneficios óptimos de una sesión intensa de pesas o cardiovascular, de ahí la importancia del agua cuando se esta ejercitando.
El cuerpo necesita agua para ayudar a suministrar el combustible que necesitan los músculos para funcionar eficientemente. El alcohol es un diurético, esencialmente significa que elimina el agua del cuerpo, llegando hasta niveles de deshidratación. El efecto resultante es fatiga y pérdida de definición muscular debido a la falta de energía muscular producida.
Grasa del vientre y enfermedad cardíaca
La tristemente célebre barriga cervecera es un producto debido al consumo excesivo de bebidas alcohólicas por las supuesta calorías que contienen. La mayoría de las bebidas no llenan, pero eso no significa que el cuerpo no está acumulando una sobrecarga de calorías.
Si eres genéticamente propenso a subir de peso rápido, debes limitarte el consumo de alcohol para ocasiones especiales, en otras palabras, olvidarte de beber sólo porque es fin de semana. Para algunas personas, lucir esa enorme prominencia en el vientre no les afecta a la hora de hacer sus ejercicios, pero es importante tener en cuenta que los depósitos excesivos de grasa en la región abdominal pueden conducir a graves problemas para la salud, tales como diabetes y enfermedades cardíacas.
Los hombres presentan mayor riesgo para estas consecuencias que las mujeres, porque el hombre almacena grasa en su abdomen de forma natural.
Aunque un par de cervezas esporádicas después del entrenamiento con tus amigos no hará que tu intestino se abulte desmesuradamente, el hábito de beber de forma regular puede alterar gravemente la composición de tu cuerpo, con serias repercusiones para tu salud.